Busquemos perlas escondidas (8 mins.)
- Hch 4:11. ¿En qué sentido es Jesús la “cabeza del ángulo”? (it-2 pág. 662 párr. 4).
El Salmo
118:22 revela que la piedra que los edificadores rechazaron “ha llegado a ser
cabeza del ángulo” (heb. roʼsch pin·náh). Jesús citó y se aplicó esta
profecía a sí mismo como “la principal piedra angular” (gr. ke·fa·lḗ
gō·ní·as, cabeza del ángulo). Tal como la piedra que corona un edificio,
Jesucristo es la piedra de remate de la congregación cristiana de ungidos, semejante
a un templo espiritual. Pedro también aplicó el Salmo 118:22 a Cristo,
indicando que era “la piedra” rechazada por los hombres, pero escogida por Dios
para ser “la cabeza del ángulo”.
“Cabeza del
ángulo”. Con esta expresión al parecer se hacía referencia a la piedra más alta
y por tanto la que coronaba una estructura. Por medio de ella los dos muros que
se juntaban en esa esquina se mantenían unidos en la parte superior, de modo
que no se separasen y se derrumbase la estructura.
- Hch 5:1. ¿Por qué vendieron un campo Ananías y Safira? (w13 1/3 pág. 15 párr. 4).
Ananías y su
esposa venden un campo para compartir el dinero con sus nuevos hermanos. Cuando
Ananías entrega el dinero a los apóstoles dice que eso es todo lo que le
dieron; pero no es cierto, se ha quedado con una parte. Con la ayuda de
Dios, Pedro descubre el plan y le dice: “No has tratado con engaño a los
hombres, sino a Dios”. Al instante, Ananías cae muerto. Unas tres horas
más tarde llega su mujer. Sin saber lo que ha pasado con su marido, repite la
mentira y ella también cae muerta.
- ¿Qué le ha enseñado sobre Jehová la lectura bíblica de esta semana?
Hch 4:2. Jehová nos da el valor para
hablar de su mensaje a pesar que algunas personas se molesten por lo que
hacemos, nosotros que sabemos que Jehová nos ayudará proporcionándonos las
fuerzas para seguir predicando sobre el Reino, la esperanza del mundo.
Hch 4:29. Jehová como oidor de la
oración, está al tanto de todo lo que
nos pasa, a veces quisiéramos que se nos libre cuando atravesamos pruebas, pero
a pesar de esos problemas, debemos necesariamente pedirle las fuerzas para
aguantar y seguir hablando de su palabra con denuedo ante las personas.
Hch 5:4. Jehová es un Dios al que no se
le puede ni se debe engañar, tal como revela el caso de Ananías y Safira, aunque
pensaban que están engañando a hombres, en realidad estaban engañando al Dios Altísimo,
y lo que paso con Ananías y Safira confirma que Jehová es un Dios contra quien
no se puede mofar.
Hch 5:29. Jehová merece nuestra
obediencia, por eso, los apóstoles sentaron la pauta para los cristianos de
todas las épocas: “las autoridades superiores” pierden el derecho a que las
obedezcamos cuando nos prohíben hacer lo que Dios ordena o cuando nos ordenan
hacer lo que Dios prohíbe y en esos casos nuestra obediencia recae en nuestro
padre.
- ¿Qué otras perlas espirituales ha encontrado en la lectura bíblica de esta semana?
Hch 4:4. Es impresionante el incremento
que los cristianos experimentaron en poco tiempo, ya que de unas pocas decenas
pasaron ya a 5 mil que procedían de lugares
muy diversos, pero estaban unidos en un
mismo pensar y sentir, algo que se refleja en la actualidad al ver un
crecimiento sorprendente entre los siervos de Jehová.
Hch 4:12. Se ve que como todos los
descendientes de Adán son pecadores, su muerte carece de valor redentor. Jesús,
en cambio, era perfecto, de modo que su vida sí tenía valor expiatorio. Él
ofreció a Dios un rescate que correspondía exactamente con la vida perfecta que
Adán había perdido de esta forma se abrió el camino para que
alcancemos vida eterna en el nuevo mundo de Dios.
Hch 5:17. Se ve como los celos, pueden
cavar tan profundo en los sentimientos y con el tiempo, este nos domine por
completo, eso les paso a los Saduceos, tenían la oportunidad de acercarse a
Jehová pero que lamentable es que sus sentimientos pudieron más, nos deja como
lección si vemos algo de celos malvados en nuestro corazón eliminarlos rápido.
Hch 5:41. Cuando golpearon a los
apóstoles y les ordenaron que dejaran de predicar, estos “se fueron de delante
del Sanedrín, regocijándose”. Claro, a ellos no les agradó que los
azotaran, pero se alegraron “porque se les había considerado dignos de sufrir
deshonra a favor del nombre” de Jesús, en nuestros días, los siervos
de Jehová también aguantamos con gozo cuando sufrimos por el nombre de Jesús o
cuando afrontamos problemas graves.
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