Busquemos perlas escondidas (8 mins.)
- Hch 6:15. ¿En qué sentido era el rostro de Esteban como el de un ángel? (bt pág. 45 párr. 2).
El semblante de
Esteban no refleja ningún miedo. Hasta los magistrados no pueden
menos que notar que es “como el rostro de un ángel” y era porque refleja la
valentía, la paz y la serenidad que caracteriza a los mensajeros celestiales de
Jehová. Tan evidente es su tranquilidad que la ven hasta estas autoridades
cegadas por el odio.
- Hch 8:26-30. ¿En qué se parece nuestra predicación a la de Felipe? (bt pág. 58 párr. 16).
Nosotros
tenemos el honor de participar en la misma obra que Felipe. No tenemos por
qué limitarnos a la predicación en un marco formal. Para hablar del mensaje,
podemos aprovechar otras ocasiones, entre ellas los viajes. Y a menudo
resulta obvio que la conversación con una persona de buen corazón no ha
sido mera casualidad. La Biblia señala que los ángeles dirigen la predicación a
fin de que las “noticias gozosas” lleguen “a toda nación y tribu y lengua y
pueblo”.
Jesús predijo que
ellos intervendrían en la evangelización. Al dar su parábola del trigo y la
mala hierba, mencionó que durante la cosecha —la conclusión del actual orden
mundial— “los segadores” serían “los ángeles” que recolectarían a los futuros
herederos del gobierno celestial y a la “gran muchedumbre” de “otras ovejas”
que Jehová atraería a su organización.
- ¿Qué le ha enseñado sobre Jehová la lectura bíblica de esta semana?
Hch 6:1-6. Jehová es un Dios de unidad,
ya que, cuando surgió una disputa entre los cristianos de habla griega y los de
habla hebrea, los vínculos de unión como el amor a Jehová, la fe en Jesucristo
y el amor abnegado a los hermanos, fueron tan fuertes que mantuvieron a la
congregación unida y en paz.
Hch 7:1-16. Jehová está al pendiente de
lo que hacen sus siervos, ya que en estos textos se ve como apreciaba mucho y cuido
a siervos como Abrahán o José, que aceptaron todo consejo e instrucción que recibían
de él, y también por usarlos como instrumentos para su propósito, demostrando su
aprecio por sus siervos del pasado y que también tiene con los del presente.
Hch 7:55, 56. Jehová no forma parte de
una trinidad, ya que los textos mencionan que Esteban se llenó del espíritu
santo de Dios —su fuerza activa— y vio a Jesús “de pie a la diestra de Dios”.
¿Qué nos enseña eso? Que Jesús no se convirtió en Dios después de
resucitar y subir al cielo; en efecto, él es un ser espiritual diferente a su
Padre. Además, el relato no indica que hubiera una tercera persona al lado
de Dios.
Hch 8:26-38. Muestra que Jehová da la oportunidad
para que personas de diferentes, razas, lenguajes, edades y circunstancias que
demuestren una buena inclinación espiritual y reconozcan su necesidad
espirituales, lleguen a ser sus siervos, algo que ha demostrado tanto en el
pasado, como actualmente.
- ¿Qué otras perlas espirituales ha encontrado en la lectura bíblica de esta semana?
Hch 6:1-4. En el primer siglo hubo
una hambruna que afectó a la congregación. Y para distribuir alimentos,
los apóstoles eligieron “varones acreditados”, es decir, conocidos por ser
fieles y confiables. ¿Qué te enseña esto? Que cuando recibas una asignación,
debes cumplirla lo mejor que puedas y mostrar la fidelidad ya que es de
mucho valor para Jehová y es señal de madurez espiritual.
Hch 7:22. Moisés “fue instruido en toda
la sabiduría de los egipcios”, y con la educación que recibió, no nos
extraña que llegara a ser “poderoso en sus palabras y hechos”, lo que le abría las
puertas a tener éxito en el mundo, pero la educación espiritual que
recibió de pequeño y la fe que tenía en Jehová lo impulsaron a concentrarse en
las cosas de arriba, algo que todo joven debe tener en cuenta.
Hch 7:60. Si hieren nuestro corazón la
tendencia es a responder mal con mal, así sea con nuestros pensamientos. Pero
Esteban ha sido un gran ejemplo, pues en lugar de rogar a Jehová que se hiciera
justicia más bien dijo: "no le imputes ese pecado". Así que esto nos
enseña que “obremos lo que es bueno para con todos”, como nos recomienda la
Biblia.
Hch 8:9-25. Se nos muestra que es la simonía,
por eso, para evitar caer en este pecado, evitemos recurrir a regalos muy caros
o elogios desmedidos a fin de congraciarnos con ciertos hermanos, pensando tal
vez que nos podrán dar un trato de favor o conceder algún privilegio en la
congregación. Y si somos nosotros los que ocupamos una posición que parece
destacada, debemos evitar el favoritismo hacia los más pudientes. Si no lo
hiciéramos, en ambos casos caeríamos en la simonía. Todos sin excepción debemos
comportarnos con humildad.
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