Busquemos perlas escondidas (8 mins.)
- Lu 19:43. ¿Cómo se cumplieron las palabras de Jesús? (nwtsty nota de estudio para Lu 19:43: “fortificación de estacas puntiagudas”).
Fortificación
de estacas puntiagudas: O “empalizada”. Esta es la única vez que se usa la
palabra griega kjárax en las Escrituras Griegas Cristianas. Significa
“poste” o “estaca afilada que se usaba para cercar una zona”. También puede
referirse a una construcción militar hecha con estacas o a una empalizada.
Las palabras
de Jesús se cumplieron en el año 70, cuando las tropas romanas, comandadas
por Tito, levantaron un muro de asedio o empalizada alrededor de Jerusalén.
Así, Tito logró tres objetivos: impedir el suministro de alimentos, evitar que
los judíos huyeran y obligarlos a rendirse. Para construir este cerco alrededor
de Jerusalén, los soldados romanos talaron los árboles de la zona.
- Lu 20:38. ¿Cómo fortalecen estas palabras de Jesús nuestra confianza en la resurrección? (nwtsty nota de estudio para Lu 20:38: “porque para él todos ellos viven”).
Porque para
él todos ellos viven: O “porque, desde su punto de vista, todos ellos
viven”. La Biblia dice que, para Dios, la persona que no hace su
voluntad es como si estuviera muerta (Ef 2:1; 1Ti 5:6). En cambio, quienes
han muerto fieles siguen estando vivos para Dios, pues él los resucitará sin
falta (Ro 4:16, 17).
- ¿Qué le ha enseñado sobre Jehová la lectura bíblica de esta semana?
Lu 19:5, 6. Jehová nunca desprecia a
los que buscan con anhelo el conocimiento exacto de la verdad, el humilde y arrepentido
Zaqueo se sintió conmovido debido a que Jesús tomó la iniciativa, para hablarle
de las buenas nuevas, por eso nosotros haríamos bien a los ojos de Jehová el
ayudar a las personas que buscan aprender sobre Dios y sus caminos.
Lu 19:9, 10. Jehová se alegra
cuando alguien se arrepiente de sus pecados, asi mismo, Jesús, encontró a Zaqueo,
un ejemplo de la vida real que se arrepintió de sus errores, asi mismo,
nosotros encontramos a personas que buscan el perdón de Dios y se asocian con
la organización que el dirige.
Lu 20:2. Jehová es el que dio autoridad
a su hijo para realizar las obras que efectuó en la Tierra, por eso los sacerdotes
principales y los ancianos del pueblo le preguntan ahora ¿Con qué autoridad
haces tú estas cosas?, nosotros sabemos que en el futuro Jehová dará a su hijo
la autoridad para transformar la tierra en un paraíso.
Lu 20:37, 38. Jehová no olvida
a sus siervos leales tan solo porque estén muertos. Por el contrario, “para él
todos ellos viven”. El propósito de Dios de devolver la vida a
quienes están en su memoria es una poderosa prueba de lealtad.
- ¿Qué otras perlas espirituales ha encontrado en la lectura bíblica de esta semana?
Lu 19:20-24. Con esta parábola, Jesús
enseño algo importante, asi como este esclavo pierde su mina porque no se
esfuerza por aumentar la riqueza de su amo, los apóstoles esperan que Jesús sea
Rey del Reino de Dios. Por eso, al oír sus palabras sobre este último esclavo,
probablemente entienden que, si no trabajan duro, no formarán parte
del Reino, lo que dice Jesús debe animar a los discípulos fieles a esforzarse
más.
Lu 19:35. Hay quien opina que los
relatos de los evangelios acerca del animal sobre el que Jesús cabalgó cuando
entró triunfalmente en Jerusalén no están de acuerdo. Marcos, Lucas y Juan
indican que Jesús cabalgó sobre un pollino o un asno joven, pero no dicen
que también hubiese una asna. Sin embargo, Mateo escribe que los discípulos
“trajeron el asna y su pollino”. Es obvio que Jesús no se sentó sobre los
dos animales, sino sobre las prendas de vestir que se habían colocado encima
del pollino.
Lu 20:21-26. Los fariseos
y los partidarios de Herodes unieron sus fuerzas para poner a prueba a Jesús en
cuanto al pago de impuestos. Introdujeron su pregunta directa acerca de los
impuestos con palabras aduladoras para que Jesús se confiase. Sin embargo,
Jesús se dio cuenta de su malicia, y les dijo: “¿Por qué me ponen a prueba,
hipócritas?”. Su respuesta sobre el pago de impuestos los dejó sin palabras.
Lu 20:27. Los fariseos, ‘Por pretexto
hacían largas oraciones’ en despliegue de su falsa santidad. Una tradición oral
decía: “Los hombres piadosos de la antigüedad solían esperar una hora antes de
decir la oración ”¡Para entonces todos de seguro verían su piedad y quedarían
maravillados! Tales oraciones no ascendían más allá de la propia cabeza del que
las ofrecía, ósea, no eran escuchadas por el oidor de la oración.
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