Busquemos perlas escondidas (8 mins.)
- Lu 21:33. ¿Qué podrían significar estas palabras de Jesús? (nwtsty notas de estudio para Lu 21:33: “El cielo y la tierra pasarán” y “mis palabras de ningún modo pasarán”).
El cielo y la
tierra pasarán: Otros textos muestran que el cielo y la Tierra nunca dejarán de
existir (Gé 9:16; Sl 104:5; Ec 1:4). De modo que Jesús quizá estaba usando una
hipérbole para decir que, aunque sucediera algo tan imposible como que el cielo
y la Tierra dejaran de existir, sus palabras se cumplirían sin falta (compare
con Mt 5:18). Sin embargo, también es posible que Jesús estuviera hablando del
cielo y la tierra simbólicos a los que Revelación 21:1 llama “el cielo anterior
y la tierra anterior”.
Mis palabras
de ningún modo pasarán: O “mis palabras no desaparecerán jamás”. En griego, el
uso de dos partículas negativas junto al verbo enfatiza la negación de una
idea. En este caso, la doble negación enfatiza la idea de que las palabras de
Jesús se cumplirán sin falta.
- Lu 22:28-30. ¿Qué pacto hizo Jesús, con quién lo hizo, y qué logra ese pacto? (w14 15/10 pág. 16 párrs. 15, 16).
Después de
instituir la Cena del Señor, Jesús hizo un pacto con sus 11 apóstoles fieles.
Con frecuencia se le llama El pacto del Reino, este es un pacto personal entre
Jesús y sus discípulos ungidos. El pacto del Reino les garantizó que estarían
con él en el cielo, donde se sentarían en tronos para reinar y servir de
sacerdotes, el pacto del Reino incluye a los 144.000 cristianos ungidos.
- ¿Qué le ha enseñado sobre Jehová la lectura bíblica de esta semana?
Lu 21:2. Jehová valora todo el esfuerzo
que le damos a él, no importa que sea mucho o poco, aunque la edad
avanzada o la enfermedad impiden a algunos hermanos dedicar muchas horas a
predicar las buenas nuevas, el gran esfuerzo que hacen es muy valioso para
Jehová.
Lu 21:19. Nos recuerda que el servicio
sagrado que le damos a Jehová, también vendrá con pruebas y presiones que todos
enfrentamos, sea maltrato, burlas o indiferencia, necesitamos tanto
perseverancia como devoción piadosa para continuar adelantando con fidelidad,
sin hacernos inactivos ni infructuosos en nuestro servicio.
Lu 22:36-38. Jehová espera que sus
siervos nunca usen armas para defenderse, por eso Jesús no les pidió a sus
discípulos que portaran un arma para protección o defensa propia. Y el hecho
que Pedro llevara una espada la noche en que Jesús fue traicionado permitió que
les enseñara una lección fundamental: Y era que “Todos los que toman la espada
perecerán por la espada”.
Lu 22:43. Jehová, fortalece a todos sus
siervos, leemos que a Jesús “se le apareció un ángel del cielo y lo fortaleció”
mientras se encontraba en el jardín de Getsemaní, asi mismo él nos anima y
fortalece mediante su palabra y por medio de nuestros hermanos que nos
aconsejan y nos animan seguir siendo leales a Jehová.
- ¿Qué otras perlas espirituales ha encontrado en la lectura bíblica de esta semana?
Lu 21:18. La declaración: ‘No perecerá
(o caerá) ni un cabello de su cabeza’, garantiza una total y completa
protección y seguridad. Algo similar denotaron las palabras de Jesucristo a sus
discípulos al referirse al cuidado que Dios les dispensaba a ellos: “Los
mismísimos cabellos de la cabeza de ustedes están todos contados”. (Mt 10:30;
Lu 12:7.)
Lu 21:28. Cada día es más urgente
mantener a Jehová a la diestra, pronto comenzara la gran tribulación, el miedo
arropará a la humanidad incrédula. Pero en medio del caos, los valerosos
siervos de Jehová se alegrarán llenos de esperanza, tal como indicó Jesús: “Al
comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen la cabeza, porque
su liberación se acerca”.
Lu 22:24-27. Nos enseña que es de vital
importancia, que nosotros también venzamos el orgullo con la humildad. Y
hacemos bien en no dejarnos entrampar en la búsqueda de fama, poder o
prestigio, ya que la Biblia asegura: “Dios se opone a los altivos, pero da bondad
inmerecida a los humildes”. Los discípulos de Jesús entendieron el principio de
la humildad y nosotros hacemos bien en aplicarlo.
Lu 22:32. Pedro lloraba desconsolado
tras haber negado conocer a Jesús; tendría que luchar para recuperarse
espiritualmente. Aun así, Jesús quería utilizarlo para ayudar a otros
discípulos. Pedro llegó a ser una columna de la congregación cristiana del
primer siglo. De manera parecida, quienes hayan sido ancianos de
congregación en el pasado quizás puedan asumir de nuevo esa responsabilidad y
tener la alegría de fortalecer a sus hermanos.
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