Busquemos perlas escondidas (8 mins.)
- Lu 17:7-10. ¿Qué quiso enseñar Jesús con este ejemplo? (nwtsty nota de estudio para Lu 17:10: “no servimos para nada”).
No servimos
para nada: Lit. “somos inútiles”, “carecemos de valor”. Con estas palabras,
Jesús no quiso decir que los esclavos —o sea, sus discípulos—
debían considerarse inútiles o pensar que no valían nada. Como indica el
contexto, Jesús dio a entender que los esclavos debían ser modestos y recordar
que no merecían ningún reconocimiento o alabanza especial por hacer su
trabajo. Según algunos estudiosos, Jesús aquí usa esta expresión para hacer una
hipérbole y decir que “somos sencillamente esclavos que no merecemos
ninguna atención especial”.
- Lu 18:8. ¿A qué clase de fe se refirió Jesús en este versículo? (nwtsty nota de estudio para Lu 18:8: “la fe”).
La fe:
O “esta clase de fe”. El que en griego se usara el artículo definido
delante de la palabra “fe” indica que Jesús no estaba hablando de la fe en
general, sino de una clase de fe en particular: como la que tenía la viuda (Lu
18:1-8). Quienes tienen esta clase de fe confían en el poder de la oración y en
que Dios hará justicia a favor de sus escogidos. Al parecer, Jesús dejó la
pregunta sin contestar para que sus discípulos pensaran en la calidad de su
propia fe. Esta parábola sobre la fe y la oración fue muy apropiada porque
Jesús acababa de hablar sobre las pruebas que enfrentarían sus discípulos (Lu
17:22-37).
- ¿Qué le ha enseñado sobre Jehová la lectura bíblica de esta semana?
Lu 17:10. Es Jehová quien debe recibir todo
el crédito por los éxitos que obtenemos, siempre debemos recordar que hemos
aceptado voluntariamente la responsabilidad de servir a Dios, y sin importar en
que faceta del servicio a Dios sirvamos, ninguno de nosotros podemos jactarnos
con justicia de haber cumplido con nuestro deber, “lo que deberíamos haber
hecho”.
Lu 17:15. Jehová está de parte de Jesús,
por eso él pudo curar a los 10 leprosos, además, gracias a ese
milagro, uno de ellos no solo recupera la salud, sino que probablemente
encuentra el camino a la vida. En la actualidad, Dios no utiliza a su
Hijo para realizar este tipo de milagros. Sin embargo, si tenemos fe en Jesús,
también podemos ir en el camino que lleva a la vida eterna.
Lu 18:2-7. Aquí, el juez de la
ilustración no se interesaba en absoluto por la viuda, mientras que Jehová
se interesa por cada uno de nosotros, juez tampoco deseaba ayudar a la
viuda, mientras que Jehová desea, sí, anhela, venir en auxilio de sus siervos, ¡cuánto
más escuchará Jehová las oraciones de sus siervos y se encargará de que se les
haga justicia!
Lu 18:16, 17. Jehová espera que todos
entremos en el Reino de Dios, para eso, debemos ser humildes y estar dispuestos
a aprender, igual que los niños, de hecho, esto es lo que él siente por
todos los que son como los niños y aceptan el Reino de Dios (Lucas 18:17).
- ¿Qué otras perlas espirituales ha encontrado en la lectura bíblica de esta semana?
Lu 17:5. Así, con su
fe fortalecida, los discípulos emprendieron una campaña de predicación que
superaría la hostilidad que afrontaban y difundiría las buenas nuevas por “toda
la creación que está bajo el cielo”. Si queremos que nuestra fe crezca y nos
permita seguir en el ministerio, nosotros también debemos leer y meditar las
Escrituras, y pedirle a Jehová espíritu santo.
Lu 17:10.
El mundo fomenta la idea de que se requiere una buena posición y prestigio para
ser realmente feliz. No es cierto. Cuando efectuamos lo que se nos manda,
estamos ‘haciendo lo que deberíamos estar haciendo’, y recibimos la bendición
de Jehová. Solo disfrutamos de verdadero contentamiento y felicidad cuando
recordamos el propósito de nuestro trabajo: cumplir la voluntad de Jehová y
promover los intereses del Reino. Si tenemos presentes esos objetivos,
cualquier tarea puede ser agradable y gratificante.
Lu 18:1.
Jesús mostró cual sería el objetivo de la ilustración que iba a
mencionar en los siguientes versículos diciendo: la importancia de “orar
siempre y no desistir”. Así que esta es una ilustración para meditar y
reflexionar a tal punto de que oremos con mayor frecuencia y calidad.
Lu 18:24, 25. Jesús se sintió impulsado
a decir estas palabras ante la reacción que tuvo un joven gobernante rico
cuando él le dijo: “Vende todas las cosas que tienes y distribuye entre los
pobres, y tendrás tesoro en los cielos; y ven, sé mi seguidor”. Aquel joven
tenía la obligación de ayudar a sus compañeros israelitas necesitados. Pero el
que no estuviese dispuesto a desprenderse de los bienes materiales para
ayudar a otros y hacerse seguidor de Jesucristo le impidió entrar en el reino
de los cielos.
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