“Se legaliza nuestra obra en Quebec” TRANSCRIPCIÓN
La predicación en la provincia de Quebec se
convirtió en un verdadero reto. La Iglesia Católica se involucraba en todos los
ámbitos de la vida pública. A principios de la década de 1940, la persecución se
intensificó y las autoridades arrestaron a muchos Testigos. Se valían de
cualquier excusa para detenerlos. El pretexto favorito era acusarlos de vender
en las calles sin permiso. De modo que encarcelaban a los Testigos cada vez que
los veían con publicaciones religiosas.
La situación empeoró a tal grado
en Quebec que se decidió elaborar una petición y distribuirla por todo Canadá.
En ella se solicitaba al gobierno de Quebec poner fin a la persecución. Cabe
destacar que unas 600.000 personas firmaron el documento.
Los Testigos distribuyeron un
tratado con un mensaje muy contundente, el cual hablaba de aquel ardiente odio
en Quebec. En efecto, denunciaba lo que estaba sucediendo: los actos de la
policía, los arrestos ilegales y los ataques de turbas. En un lapso de 4 meses
se iniciaron 800 procesos judiciales. Aunque solo había 400 testigos de Jehová
en Quebec, existían 1.600 casos. Y luego se presentaron cargos más graves
contra los hermanos, pues se les empezó a acusar de sedición.
Si los declaraban culpables,
podrían pasar más de 10 años —hasta 12 o 15— en prisión.
El hermano Aimé Boucher fue
arrestado y acusado de sedición. El hermano era muy pobre y vivía en una zona
rural de Quebec. De hecho, llegó al tribunal con su buey y su carreta. De
camino al tribunal, se puso a predicar, así que lo arrestaron de nuevo. Se
celebró la audiencia judicial y lo condenaron. Fue declarado culpable de
sedición. Su caso se llevó ante el Tribunal de Apelación de Quebec que, para
ese entonces, era muy hostil. El hermano Boucher perdió la apelación, de modo
que su caso pasó al Tribunal Supremo de Canadá. En aquel momento, ya había
varios hermanos y hermanas acusados de sedición, por lo que, si el hermano
Boucher perdía el caso, a otros Testigos también les impondrían largas condenas
de prisión. Cuando el caso del hermano Boucher se presentó ante el Tribunal
Supremo, perdió por un solo voto. Todos los jueces católicos fallaron en su
contra. Además, determinaron que el tratado antes mencionado promovía la
sedición. Los abogados examinaron la situación, oraron al respecto y pensaron:
“Algo tenemos que hacer; no podemos perder esta batalla”. Entonces recordaron
que en Canadá existía un recurso poco utilizado que permitía solicitar al
Tribunal Supremo la revisión de un caso. Durante dicha audiencia, uno de los
jueces católicos estuvo dispuesto a examinar más a fondo los cargos de
sedición. Para ser declarado culpable de sedición, el acusado debía haber
incitado a la violencia. Así que nuestro abogado les dijo: “Por favor, revisen
el expediente. Muéstrenle al tribunal en dónde dice que los testigos de Jehová
incitaron a la violencia”. Finalmente, el tribunal admitió que se había
cometido un error, anuló la sentencia inicial y ganamos el caso del hermano
Boucher. Esta decisión del Tribunal Supremo, echó por tierra todas las
acusaciones de sedición y puso fin a la feroz oposición, pues el gobierno
esperaba usar este antecedente para demostrar que tenía la razón. Hubo otro
caso muy relevante en Quebec.
Un sacerdote llamó a la policía
federal para que interrumpieran una reunión de los testigos de Jehová y
expulsaran al orador de la provincia de Quebec.
La policía obedeció al sacerdote.
Tres agentes fueron a la reunión, sacaron al hermano y se lo llevaron a la
provincia de Ontario. Por cierto, interrumpir una reunión religiosa era un
delito. De modo que, por primera vez, el Tribunal Supremo determinó que los
tres policías debían indemnizar a los hermanos por el daño moral ocasionado al
haber interrumpido la reunión. Aquella fue una decisión sin precedente. Cuando
el Tribunal Supremo atendió el caso, falló por unanimidad en contra de la
provincia de Quebec. Hoy, gran parte de la información disponible sobre
libertad religiosa se basa en estos casos judiciales. Todos los abogados de
Canadá —sean de Quebec o de las zonas de habla inglesa— examinan estos casos
como parte de su plan de estudios, pues son el fundamento el concepto actual de
la libertad religiosa.
Asimismo, son casos que abarcan
diferentes ámbitos —la intervención de la policía y el gobierno, así como los
procedimientos penales—, lo que constituye una base sólida para nuestra
libertad religiosa hoy. Nuestro objetivo es predicar las buenas nuevas y
dirigir la atención de las personas a la Biblia. Nuestros casos judiciales han
ayudado a gobiernos, tribunales, jueces y funcionarios a adoptar un punto de
vista correcto sobre la libertad religiosa.
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