Las maravillas de la creación revelan la gloria de Dios: La luz y los colores. TRANSCRIPCIÓN
Narrador: Todas las obras
de arte son un reflejo del artista, expresiones de su imaginación y creatividad.
Pero ¿solo vemos esas expresiones en las obras de arte hechas por el hombre? ¿O
también las vemos en la naturaleza? Vivimos rodeados de espectaculares colores…
donde quiera que miremos, quedamos fascinados por la inmensa variedad de tonos
y matices. Las variaciones pueden ser sutiles, o muy marcadas; pero, juntas,
resaltan la impresionante belleza que existe en la creación. ¿De dónde salen
todos estos colores? La respuesta tiene que ver con la naturaleza de la luz y
su comportamiento al entrar en contacto con distintas superficies. Por lo
general, la luz nos parece blanca, pero en realidad, la luz blanca puede
separarse en todos los colores del espectro visible, y cada color corresponde a
una longitud de onda distinta. Casi todos los objetos tienen sustancias
químicas llamadas pigmentos, que absorben ciertas longitudes de onda y reflejan
otras. Lo que cada objeto refleja hacia nuestros ojos produce la maravillosa
variedad de colores que vemos. Entre los colores más hermosos de la naturaleza figuran
los causados por un fenómeno llamado iridiscencia. Estos brillantes colores
pueden variar según el ángulo de visión. ¿Cómo se producen estos colores?
En casi todos los casos, la
iridiscencia no se debe a pigmentos químicos, sino a precisos patrones
estructurales en la superficie del objeto. Por ejemplo, las alas de las
mariposas morfo están recubiertas de diminutas escamas semitransparentes. Cada
escama tiene surcos microscópicos de idéntico tamaño cuyos bordes, a su vez,
presentas surcos aún más pequeños. La anchura de estos diminutos surcos es más
pequeña incluso que una longitud de onda de luz. Así, rompen las ondas de luz y
crean un patrón de interferencia, como resultado, algunos colores se cancelan,
mientras que otros se intensifican. Estas ondas de luz intensificadas se
reflejan hacia nosotros como un azul deslumbrante. Así es, estas brillantes
“obras de arte” son producto de un diseño muy ingenioso y complejo. No solo
encontramos colores espectaculares en los objetos que nos rodean, sino también
cuando alzamos la vista. Al ponerse el Sol, el firmamento se pinta de
asombrosos colores. ¿Por qué se forma este hermoso cuadro? En su viaje hacia la
Tierra, la luz choca con moléculas de aire y partículas de polvo, y se
difumina, o dispersa. El grado en que una onda de luz se dispersa depende de su
longitud de onda. La luz azul tiene una longitud de onda más corta y se
dispersa por toda la atmosfera, por eso vemos azul el cielo cuando el Sol esta
alto en un día claro, pero cuando el Sol está cerca del horizonte, la luz debe
cruzar más distancia en la atmosfera para llegar a nuestros ojos, la luz azul,
con una longitud de onda más corta, se dispersa antes de alcanzarnos; en
cambio, la luz roja y anaranjada puede viajar mayores distancias a través de la
atmosfera y adornar el cielo con los tonos dorados y rojizos del atardecer.
¡Qué enorme variedad de colores se han usado para “pintar” nuestro hogar
terrestre! Cuando nos detenemos a contemplar su belleza, nos sentimos atraídos
a Jehová Dios, el mayor artista de todos. Igual que una obra de arte es un
reflejo de artista, así los hermosos colores que Jehová ha elegido para cada
una de sus creaciones son una muestra del profundo amor que nos tiene. En
efecto, “Todo lo ha hecho bello a su tiempo”. (Eclesiastés
3:11)
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