“Los ojos de los ciegos serán abiertos” TRANSCRIPCIÓN
Empecemos visitando a una familia
de Estocolmo (Suecia). Los padres, Usama y Kristina, tienen dos hijas, Talita e
Isabella. Cuando Talita nació, los doctores descubrieron que tenía cataratas en
ambos ojos. Una catarata nubla u opaca el lente natural del ojo. Para que
Talita no perdiera por completo la vista, tuvieron que operarla. ¡Qué pesadilla
para cualquier padre! Hoy, Talita tiene 7 años. Ve muy poco con un ojo y está
ciega del otro. Enseñarle a un hijo acerca de Jehová en este mundo malvado es
un desafío, incluso cuando no tiene ninguna dolencia física. Pero los padres de
Talita han aceptado dicho desafío. Averigüemos qué han hecho para asegurarse de
educarla bien en sentido espiritual, a pesar de su mala visión.
Talita: Ya quiero que
llegue el día en que pueda ver bien y jugar con un oso, con un león y montarme
sobre un tigre.
Usama: Jehová nos ha hecho
esta maravillosa promesa en Isaías 35:5: “Los ojos de los ciegos serán
abiertos”.
Kristina: Sobrellevar esta
situación no ha sido fácil, pero nos sentimos muy agradecidos con Jehová porque
nos ha ayudado muchísimo.
Usama: Después de la
operación y tan pronto como Talita pudo salir de casa, nos aseguramos de
asistir a las reuniones.
Kristina: Algo que nos ha
ayudado mucho es decirle a Jehová exactamente cómo nos sentimos. Siempre oramos
juntos, y también hemos llorado juntos muchas veces.
Usama: Uno de los retos es
que constantemente necesitamos decirle a Talita lo que pasa alrededor. Le
decimos quién llega y todo lo que ocurre.
Kristina: ¡Nos encanta
todo lo que hay en jw.org y la información que nos dan en la congregación! A
Talita le fascina leer el libro Aprendamos del Gran Maestro.
Las preguntas le ayudan a
sentirse parte de la historia.
Usama: Como tiene muy
buena memoria, Talita recuerda casi todo lo que lee. Así que cuando estamos con
nuestros amigos, ella les hace preguntas para probarlos.
(Dialogo)
Talita: Me gusta mucho
cantar las canciones de las reuniones.
Kristina: Talita tiene la
meta de aprenderse más canciones del Reino. Los videos de Caleb y Sofía y la
hermosa música del sitio de Internet nos han ayudado muchísimo.
Usama: Ella se sabe muchos
relatos de Mi libro de historias bíblicas y puede hablar de ellos en sus
propias palabras. Por eso, a veces le preguntamos algo como: “Talita, ¿sabes
esto sobre David?”. Si lo sabe, la animamos a que lo diga en un comentario en
la reunión.
Talita: Yo sé que Jehová
se pone muy contento cuando doy un comentario en la reunión, porque él ama a
los niños.
Kristina: Talita suele
preguntarles a los hermanos: “¿Tú también amas a Jehová?”. Eso la hace sentirse
cerca de ellos. En cierta ocasión pudimos notar que el amor de Talita por
Jehová estaba creciendo. Fue después de pasar la noche con sus abuelos. Mis
padres no son Testigos de Jehová, y Talita escuchó a su abuela decir que Dios
no existe. Cuando regresó a casa, nos contó que antes de dormir le dijo a
Jehová en una oración: “Jehová, ¿puedes, por favor, ayudar a mi abuela a darse
cuenta de que tú sí existes, de que eres una persona real?”.
Usama: Tratamos de pensar
constantemente en nuestra hermosa esperanza, así que con frecuencia hablamos de
lo que haremos en el paraíso. ¡Cuánto anhelamos el día en que Talita recupere
la vista y disfrute del Paraíso junto a todos sus amigos! ¡Será maravilloso!
Talita: ¡Yo creo que
Jehová tiene muchas ganas de verme jugar con un tigre!
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