Jóvenes que honran a Jehová. Transcripción.
- Antes de hacerme precursora, me
preocupaba mucho no poder alcanzar la meta de horas cada mes.
- Comenzar a servir de precursor
fue difícil, ya que no tenía auto.
- Mi jefe no me dejó trabajar de
media jornada.
- Realmente tuve que esforzarme
para poder estudiar y ser precursora al mismo tiempo.
- Batallé mucho con el temor al
hombre. Fue un gran obstáculo, pues hablar con la gente no era mi fuerte.
- Mantener una buena rutina fue
toda una lucha.
- En casa, solo mi hermano y yo
somos testigos de Jehová. Mi familia no podía entender por qué queríamos ir a
predicar.
- Creía que yo no podría ser una
buena precursora.
- Desde los 5 años tengo diabetes
tipo 1, así que no sabía si iba a poder sobrellevar mi enfermedad y, al mismo
tiempo, servir de precursora.
- Los retos no parecen tan
grandes ahora, pero en aquel momento los veía enormes. Lo mejor de todo fue ver
cómo me ayudó Jehová.
- Orar a Jehová me ayudó a
superar mis miedos.
- Le agradezco a Jehová que mi
familia me haya ayudado tanto, mi papá fue el primero que me animó a hacerme
precursora. Y cuando inicié el precursorado, me prometió que contaría con el
apoyo de todos en casa.
- Lo que en realidad me ayudó fue
hablar con hermanos que dedicaron su juventud al servicio de tiempo completo.
Eso me animó y me motivó muchísimo. Ahora yo quiero escribir mi propia historia
en el servicio de tiempo completo.
- Tuve que ser más práctico: si
no tenía auto, simplemente caminaba o tomaba el autobús.
- Primero tenía que determinar
cuáles eran mis prioridades, así que calculé las horas que tenía que hacer por
semana en la predicación, luego organicé mi agenda para planear qué días
saldría a predicar y qué días iría a la escuela; y también aparté tiempo para
hacer mis tareas y estudiar.
- Una muy buena idea fue elaborar
un horario por escrito que pudiera ver en todo momento, así me di cuenta de
que, en realidad, la meta de horas no era tan difícil de alcanzar.
- Mi primera meta a corto plazo
fue servir de precursora en los meses de actividad especial, después, me hice
precursora auxiliar de continuo y, finalmente, inicié el precursorado regular.
- Lo mejor que pude haber hecho
antes de comenzar el precursorado regular fue servir de precursora auxiliar,
eso me preparó para superar los distintos retos que vendrían más tarde.
- Pensé mucho en lo que dice
Malaquías 3:10. Yo creía que Jehová te bendice, pero debía darle la oportunidad
de hacerlo.
- Oré a Jehová, decidí confiar en
él y entregué mi solicitud.
- Después de haber entregado mi
solicitud de precursor, un hermano me llamó y me ofreció un empleo.
- Me quedé sin trabajo por tres
meses, y no fue nada fácil, pero durante ese tiempo, me concentré en hacer lo
que es más importante para Jehová, y como siempre, él me apoyó y no me
decepcionó.
- Algo que me ayudó mucho fue
invitar directamente a algunos hermanos a ir a predicar conmigo los días en que
normalmente no hay mucho apoyo.
Esto me permitió organizar mi
horario y, también, pude conocer mejor a otros hermanos.
- Una de mis mayores alegrías ha
sido servir de tiempo completo con mi mamá. Nos tocó ir juntas a la Escuela del
Servicio de Precursor, ¡y eso fue algo muy especial!
- Salmo 16:8 me recuerda que
Jehová está justo a mi lado. Cuando estoy predicando, es como si él me llevara
de la mano.
- Me encanta hacer feliz a Jehová
sirviéndole de tiempo completo. Con todo lo que él me ha dado, al fin siento que
yo le estoy dando algo a él.
- Creo que empezar a servir de
precursor fue lo mejor que pude haber hecho.
- Esa decisión me ha abierto
muchas puertas en el servicio y me ha ayudado a cultivar el deseo de seguir
sirviendo de tiempo completo.
- Ayudar a alguien a encontrar el
camino que lleva a la vida eterna no se compara con nada; ¡simplemente no tiene
precio!
- Lo único que te puedo decir es
esto: “¡Si eres joven, hazte precursor!”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario