Busquemos perlas escondidas (8 mins.)
- Heb 8:3. ¿Cuál era la diferencia entre las dádivas y los sacrificios que se ofrecían bajo la Ley mosaica? (w00 15/8 14 párr. 11).
En los tiempos
de la ley, las dadivas eran ofrecidas por quienes querían expresar afecto y aprecio,
o también como medio para conseguir la amistad, el favor o la aceptación por
parte de alguien, también se consideraban como dadivas, las ofrendas que se daban
para obtener el favor o la aceptación de parte de Jehová.
Los
sacrificios servían como compensación o reparación por parte de los pecados
cometidos, y en la ley se explicaba sobre las diferentes clases de sacrificios
y ofrendas.
- Heb 8:13. ¿En qué sentido quedó “anticuado” el pacto de la Ley en los días de Jeremías? (it-2 574 párr. 4).
Puesto que se
anunció que habría un nuevo pacto que reemplazaría al pacto de la Ley, cosa que
quedó establecido en el año 33 de la era común, cuando por la base del sacrifico
de Jesús se instituyo tal nuevo pacto.
- ¿Qué le ha enseñado sobre Jehová la lectura bíblica de esta semana?
Heb 7:11. Jehová deseaba que la
humanidad sea perfecta desde su mismo principio en el jardín del Edén, pero
lastimosamente no fue así, por eso, ha visto necesario hacer el arreglo del
nuevo pacto, por el cual la Tierra será gobernada por Cristo y los ungidos que
fueron comprados con su sangre, cosa que será de beneficio para quienes vivamos
en la Tierra, ya que bajo su gobierno, tendremos una vida eterna perfecta.
Heb 7:22. Jehová quiere lo mejor para
sus siervos, sea si tienen la esperanza de vivir en la Tierra o la de vivir en
el cielo, ya que el nuevo pato traerá cosas mejores mediante Cristo, así pues,
los ungidos serán reyes y sacerdotes junto con él y los que habitaran en la
Tierra podremos vivir con la seguridad de que seremos instruidos y guiados
eternamente, y recordemos que los
beneficios de su servicio sacerdotal serán eternos.
Heb 8:6. Jehová ha puesto a su hijo
Jesucristo para que sirva como mediador de un nuevo pacto, ya que posibilitó el
nacimiento de una nueva nación, “el Israel de Dios”, integrada por los
cristianos ungidos por espíritu, y que fue, sin lugar alguna, un extraordinario
servicio por parte de Cristo, por eso, tenemos la gran dicha de conocer a
Jesús, el siervo público por cuyo medio adoramos a Jehová del modo que él
acepta y podemos gozar de una estrecha relación con él.
Heb 8:11. Podemos estar agradecidos de
saber que Jehová nos ha permitido que lo conozcamos, desde el mayor al menor de
cada uno de nosotros, y lo podemos conocer mediante su palabra, su creación y
su organización, por eso estamos agradecidos con él, ya que el conocerle
resultará en la salvación para nosotros.
- ¿Qué otras perlas espirituales ha encontrado en la lectura bíblica de esta semana?
Heb 7:3. Notamos que nunca se menciona
la genealogía ni Melquisedec o alguna mención sobe su familia, por lo tanto, fue
una prefiguración adecuada de Jesucristo, cuyo sacerdocio no tiene fin, ya
que, como Melquisedec no tuvo ningún predecesor ni sucesor, Cristo tampoco
tuvo ningún sumo sacerdote que lo precediera, y la Biblia muestra que nadie le
sucederá jamás, lo que demuestra que su Reinado es el que traerá las bendiciones
a todos los que vivan en el nuevo mundo.
Heb 7:16. Aquí estamos hablando sobre
la vida de que Jesús disfruta desde que fue al cielo, una vida que no es como
la humana que se puede “disolver”, más bien, una vida inmortal otorgada a Jesús cuando se
le resucitó no es meramente una vida sin fin, más bien, se trata de una
vida que no puede sufrir ningún tipo de deterioro y que está más allá de toda destrucción.
Heb 8:2. Notamos que, incluso teniendo
una posición tan encumbrada en el cielo, Jesús es el ser más humilde de todos,
ya que se vale de su gran autoridad para dar, no para tomar, y esto le
ocasiona gozo, ya que lo que ayudó a manifestar tal compresión a los humanos
fue aguantar las pruebas durante toda su vida en la Tierra, así nosotros
estamos felices al saber que nuestro Rey nos entiende a la perfección.
Heb 8:10. Vemos la necesidad de grabar
las leyes y disposiciones que encontramos en la Biblia, tanto en nuestro corazón
ya que así habría menos probabilidad de
que los que las obedecían dejaran de amarlas como también en nuestra mente, ya
que así habría menos probabilidad de que estas personas las olvidaran, por eso,
con el motivo correcto, debemos estar dispuestos a observar esas preciosas
leyes.
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