REUNIÓN DE ENTRE SEMANA VIDA Y MINISTERIO CRISITIANO: 5 a 11 de Diciembre 2022

REUNIÓN DE ENTRE SEMANA VIDA Y MINISTERIO CRISITIANO: 5 a 11 de Diciembre 2022

“Jehová nunca se olvidará de sus esfuerzos” (10 mins.): Análisis con el auditorio. Ponga el video Jehová no olvida.

 

David Hibshman: Jehová no olvida (Transcripción)

(Retrospectiva)

PADRE: Eso pesa mucho, hijo. Déjame ayudarte.

DAVID: Yo puedo, papi.

PADRE: Te vas a hacer daño, hijo. Pero necesito que alguien me ayude a preparar el gramófono.

DAVID: ¡Yo lo hago!

PADRE: Claro, hijo. Anda.

Nací el 4 de diciembre de 1916 en un lugar llamado Sharon, en Pensilvania. Así que tengo 102 años. Mi padre mostraba el “Foto-Drama de la Creación” en diferentes lugares. Estoy muy agradecido por todo lo que mis padres hicieron. En 1931 fui a la asamblea de Columbus, Ohio. Ya conocía a mi querida Helen. Y, cuando el hermano Rutherford dijo que nos íbamos a llamar testigos de Jehová, ella se emocionó mucho. Así que lo primero que hice cuando empecé el precursorado fue escribirle a Helen. Ella me contestó con una carta preciosa, aunque me dijo: “No me has contado lo que yo quería saber”. Y me preguntó si era precursor. Entonces yo le respondí: “Lo soy, y espero serlo siempre”.

Después de casarnos, recibimos una carta del Betel de Brooklyn en la que me invitaban a ser superintendente viajante. Así que aceptamos y fuimos a la zona oeste de Kentucky. Ahí nos hicimos amigos de Aubrey y Bertha Bivens. ¿Sabes lo bonito que es cuando dos hermanos son buenos amigos y sus esposas son buenas amigas también? Cuando fuimos a la escuela de Galaad, ya éramos muy amigos. Entonces, para nuestra sorpresa, nos enviaron a Guatemala. Y, adivina qué... Nos asignaron con los Bivens al mismo hogar misional. Así que, cuando los enviaron a Puerto Barrios, fue muy triste. La verdad es que nos rompió el corazón separarnos de ellos.

Después nos asignaron a la sucursal, en Ciudad de Guatemala. Tuvimos una vida muy ocupada y recibimos muchas bendiciones durante esos años. Helen y yo éramos muy felices juntos. Por eso, fue un golpe muy duro que ella se enfermara. “Si mi vida llega a su fin, le ruego a Jehová que cuide a mi David. Te doy las gracias por él, Jehová, y por nuestro matrimonio. Ha sido maravilloso; ha sido muy feliz”.

Cuando fui a su dormitorio el día del funeral, yo pensé: quiero ir a decirle a David que no está solo, y que quería acompañarlo si él lo deseaba, ser su compañero de viaje cuando tuviera necesidad. Yo creo que él sabía que la vida que había pasado con la hermana Helena había sido una vida excepcional, una vida maravillosa, pero que tenía que seguir adelante. Nunca se aisló. Después de la muerte de la hermana Helena, el hermano David siguió sirviendo en el Comité de Sucursal de Guatemala por unos 18 años más. Luego, el hermano David se mudó al Salón de Asambleas de San Lucas. Creo que vivir en el Salón de Asambleas para el hermano David ha sido algo muy favorable. Cada fin de semana tiene la oportunidad de estar en contacto con los hermanos.

Hay muchas asambleas. Y, aunque no sea la que me toca a mí, salgo a saludar a los hermanos porque conozco a muchos de ellos. Es lo que dice la Biblia sobre los cristianos, lo que nos hace diferentes de los demás: que nos amamos unos a otros. Es maravilloso. Tengo muchos amigos.

 “Querido mío, te pido que pongas este texto en tu escritorio. Estas palabras te aplican a ti por tus largos años de servicio a Jehová. Hebreos 6:10 dice que Dios no es injusto y no se olvida de tus obras ni del amor que has demostrado por su nombre”.